Depresión es una palabra que, desde un tiempo a esta parte, es utilizada de forma banal. Muchas personas dicen «estoy deprimido» cuando realmente quieren decir «estoy triste», o «estoy desanimado». La depresión no es una tristeza normal, sino un trastorno que, de por sí, tiene un impacto muy negativo en la calidad de vida de quien la padece. Y si se deja evolucionar por sí solo, el deterioro producido por el mismo puede tener consecuencias muy graves para la salud.
A pesar de esta banalización de la palabra depresión, muchas personas no son conscientes de que la padecen. Es importante saber identificar los síntomas de la depresión y, específicamente, cuando la depresión no muestra una sintomatología clara.
Sintomatología de la depresion encubierta
Muchas veces, la depresión encubierta viene precedida de periodos de ansiedad intensa, que puede tener diferentes orígenes. Cuando el origen de la depresión es este, a menudo se puede detectar a través de la sensación cada vez más persistente de que las circunstancias son abrumadoras, de impotencia.
Cuando se pierde interés en las cosas que en otro momento interesaban, y/o la capacidad de disfrutar, también es posible que estemos frente a un caso de depresión encubierta.
Además, existe un trastorno llamado distimia. Este trastorno se podría considerar como una «pequeña depresión», pues aunque los síntomas no tienen una intensidad suficiente como para ser considerados como una depresión mayor, el deterioro de la calidad de vida es significativo. Por su origen insidioso muchas veces pasa desapercibido, incluso cuando deriva en un trastorno depresivo mayor.
En resumen, la depresión encubierta puede detectarse a través de:
- Pérdida de interés en las cosas que antes lo causaban.
- Sensación de falta de energía.
- Cambios en los hábitos de sueño y/o alimenticios normales.
- Sentimientos persistentes de desesperanza.
- Cambios en el estado de ánimo o labilidad emocional.
Ante esta sintomatología, lo recomendable es acudir a un psicólogo especialista en Málaga.