Cómo conseguir dejar de fumar

¿Cómo conseguir dejar de fumar?

Para muchas personas, dejar de fumar puede llegar a ser una tarea bastante complicada y difícil. No obstante, en la actualidad existen algunos métodos de mayor o menor efectividad para acabar con el tabaquismo. En este sentido, la Psicología desempeña un papel muy relevante, ya que la práctica de fumar está muy relacionada con el pensamiento, la conducta y la voluntad de la persona. A continuación, vamos a desvelar algunos de los métodos más habituales utilizados para tratar de dejar de fumar. 

A través de la Psicología se han desplegado una serie de técnicas cognitivo-conductuales que ahondan en nuestras motivaciones a fin de dotarnos de recursos para dejar de fumar. Eso sí, estos métodos sólo nos servirán si estamos verdaderamente decididos a dejarlo. Profundizamos en ellos a continuación:

Control del estímulo

Esta técnica consiste en erradicar cualquier estímulo que nos pueda conducir a fumar. En otras palabras, persigue apartar de nuestro lado todos los condicionantes asociados al acto de fumar como, por ejemplo, un café o el alcohol. 

– Reducir el tabaco

Es un método en el que vamos a reducir de manera progresiva la cantidad de cigarrillos o puritos que fumamos apagando el cigarro cada vez más cerca de la punta. Lo ideal es que rebajemos esta cantidad en un 20 % semanalmente hasta lograr eliminar por completo el tabaco de nuestras rutinas. 

– Cambiar de marca

Se trata de ir cambiando de marca de tabaco que resulte menos agradable al paladar, y fumar aquella que contenga una menor cantidad de alquitrán y nicotina. De esta forma, nuestro organismo se irá adaptando a estas cantidades inferiores y coadyuvará a que dejemos de fumar poco a poco.

Retardo en la ejecución.

A través de esta técnica, el objetivo es retrasar el momento de fumar un cigarrillo o purito, haciendo que cada vez que nos apetezca uno, consigamos aguantar al menos media hora sin hacerlo. Esto ayuda a ir fumando menos hasta poder dejarlo. Beber agua, infusiones relajantes o tomar algún caramelo diluye en parte ese deseo de inmediatez a la hora de fumar.

La voluntad en cumplir un objetivo.

Muchas personas lo consiguen por voluntad propia al proponerse no volver a fumar a partir de una fecha o por cumplir una promesa o imponerse que después de consumir su última cajetilla no volverán a comprar más. El inconveniente, en muchos casos, de esta fórmula es la ansiedad que produce y el consiguiente aumento de peso, y bajada de autoestima.

Lectura del libro de Allen Car: «Dejar de fumar es fácil si sabes cómo».

Mentaliza al lector para que vea lo absurdo de fumar, con un excelente resultado. Por lo general sólo funciona la primera vez que se lee, si se vuelve a probar un cigarrillo, su nueva lectura pierde su efectividad por lo general.

Terapia de grupo (generalmente se realiza en centros de salud).

Tratan de controlar la ansiedad mediante técnicas de relajación, ejercicios cognitivos, aplicando algunas de las técnicas señaladas más arriba, a la vez que combinando el uso de parches,  chicles de nicotina y un antidepresivo que podría resultar útil en algunos casos: el Bupropión (inhibe la recaptación neuronal de dopamina y noradrenalina).​ No debemos olvidar que el tabaco es considerado una droga cinco veces más adictiva que la heroína,  pudiendo dañarnos notablemente. Se plantean cuestiones como si verdaderamente necesitamos el tabaco, qué nos aporta a nuestra vida o, por supuesto, mentalizarnos de que lo mejor que podemos hacer es dejarlo.

La acupuntura, auriculoterapia y laserterapia.

Es habitual que las personas fumadoras experimenten ansiedad. El tabaco contiene nicotina, que es una sustancia excitante y adictiva. Esto motiva que el fumador presente ansiedad en los momentos en los que no fuma, cuando se va acercando el momento en que lo hacía. Este sería el síndrome de abstinencia que hace que se vuelva a consumir.
Este procedimiento elimina la ansiedad y el deseo de consumir, facilitando el desenganche, a partir de la estimulación de puntos específicos con este fin.

– El vapeo

Se ha tratado de aplicar como sustituto del tabaco, fumando dosis controladas de nicotina hasta su eliminación.

La hipnosis.

Se ha convertido en uno de los métodos más populares y eficientes contra el tabaquismo, dado que constituye una técnica muy rápida y sin efectos secundarios. Favorece la consecución del objetivo de abandonar el consumo de tabaco sin sufrir síndrome de abstinencia. El propósito de este método es abordar el tabaquismo desde el subconsciente, suprimiendo las ideas y las actitudes que se presenten como barreras para alcanzar nuestro objetivo. En PLP Psicólogos llevamos más de 25 años aplicando esta técnica a miles de pacientes con un gran éxito, con atención en caso de recaídas sin coste  añadido.

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