La anorexia es un trastorno crónico muy grave de la conducta alimentaria que cada vez afecta a más personas y se presenta en edades más tempranas. El tratamiento para la anorexia debe ser continuado y coordinado por un equipo multidisciplinario de especialistas que nos ayudan a prevenir las recaídas y complicaciones.
Esta patología se caracteriza por la percepción distorsionada que tenemos de nuestro propio cuerpo y por la cual nos vemos con obesidad aún y cuando nuestro peso está por debajo de lo recomendado. Esta apreciación alterada nos causa un miedo irracional a aumentar de peso y, por ende, procuramos limitar las comidas al máximo e incrementar la cantidad de ejercicio físico que realizamos.
La anorexia retrasa la pubertad
Estudios recientes han analizado, además de las causas, las consecuencias derivadas por los problemas alimenticios. Demostrando que, cuando nuestra nutrición es deficiente y nuestro balance energético es negativo, nuestro cerebro deja de producir las moléculas esenciales que activan el comienzo de la pubertad a una edad apropiada.
Es decir, que la llegada de la pubertad se retrasa debido a nuestro déficit energético y al hecho de que los síntomas de la anorexia suelen iniciarse a finales de la infancia y principios de la adolescencia.
Los últimos estudios han demostrado también que, aunque en principio no tendría por qué ocasionarnos un problema grave, el retraso de la pubertad está directamente relacionado con algunas enfermedades que podemos padecer a lo largo de nuestra vida. Como por ejemplo la obesidad, la hipertensión o la diabetes. Además de que aumenta el riesgo que corremos de padecer cáncer de mama y disminuimos nuestra esperanza de vida notablemente.
En definitiva, la atención temprana es clave para que podamos empezar el tratamiento para la anorexia cuanto antes y que de esta forma los resultados sean más efectivos.
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